Punto y final a los cortes de agua nocturnos en Lucena. El alcalde lucentino, Aurelio Fernández (PP), y la consejera delegada de Aguas de Lucena, María de la O Redondo, han informado este viernes del levantamiento de los cortes nocturnos en el abastecimiento de agua, una medida a la que ya se había recurrido de forma puntual para otras festividades, y que en este caso coincide con la celebración de las Fiestas Aracelitanas 2024.

La suspensión de estas restricciones se está aplicando desde el pasado miércoles, jornada en la que dio comienzo la actividad en el recinto ferial. En este sentido, María de la O Redondo ha explicado que “el tiempo de bombeo por parte de Emproacsa se ha incrementado en una hora y media más de lo que viene siendo habitual con los cortes nocturnos”.

Por su parte, Aurelio Fernández ha avanzado que “una vez que pasen las fiestas, las restricciones continuarán levantadas hasta que celebremos el próximo consejo de administración de Aguas de Lucena, que se convocará la próxima semana, y donde se tomará una decisión de cara al futuro a partir de las valoraciones que obtengamos durante estos días del funcionamiento del consumo y el nivel de los depósitos”.

Con respecto a los motivos de esta decisión, el regidor lucentino ha explicado que “el pantano de Iznájar, nuestra principal fuente de abastamiento de agua, ha cambiado recientemente de escenario, pasando de la situación de emergencia, la peor posible, a la situación de alerta, lo que hace que se puedan relajar las medidas”.

Aún así, ha indicado que “debemos seguir siendo conscientes de que la situación es todavía preocupante”, puesto que “aunque a día de hoy el total de agua embalsada en el pantano se ha incrementado hasta los 261 hectómetros cúbicos, su volumen se sitúa en torno al 28% del total de su capacidad, frente al 58% de la media de los últimos diez años relativa a esta misma semana”.

En todo caso, Aurelio Fernández ha querido mostrar su agradecimiento a todos los vecinos de Lucena por “su ejemplo de comportamiento, actitud y paciencia”.

Con restricciones desde el verano

Lucena, el municipio de mayor población de la provincia cordobesa -tras la capital de Córdoba- lleva con restricciones de agua desde el pasado verano.

Fue a finales de julio del año pasado, cuando el Ayuntamiento lucentino, a través de la publicación de un bando municipal, ordenó la prohibición de uso de agua de la red pública para limpiar aceras, fachadas, portales, patios, terrazas y balcones, así como el llenado de piscinas, mientras que se redujo al máximo el riego de jardines públicos y se cortó el suministro en las duchas de las piscinas municipales y el baldeo de calles y plazas con agua no procedente de pozos.

Desde entonces, los cortes de agua han sido constantes en el casco urbano y también en los polígonos industriales. Una medida de ahorro que se ha repetido a diario entre las 00:00 y las 06:00, mientras que los fines de semana se ampliaba hasta las 08:00.

El Ayuntamiento decidió poner en marcha estos cortes dada la escasa agua almacenada. Por ejemplo, si en mayo de 2022 recibió del manantial de Zambra unos 90.000 metros cúbicos, en mayo de 2023 solo llegaron 30.000 metros cúbicos, circunstancia que motivó también que la compra de agua al consorcio provincial pasara en ese mismo periodo de 190.000 a 242.000 metros cúbicos procedentes del pantano de Iznájar.

Este pasado verano, el propio alcalde ya expuso a el Día que "si además de eso, Emproacsa reduce el bombeo de agua desde Iznájar de 18 a 16 horas diarias, a Lucena está llegando a diario el agua que prácticamente gastamos entre todos, de ahí que cueste recuperar el nivel en los depósitos".

Teniendo en cuenta esto, se sumaba otro problema y es que Aguas de Lucena solo factura a los vecinos un 60% de todo el agua que le compra a Emproacsa, "por lo tanto hay un 40% que se desperdicia, insistió el primer edil". 

Uno de los grandes proyectos del Ayuntamiento para optimizar el abastecimiento de agua es precisamente la construcción de una nueva canalización de agua desde el nacimiento de Zambra hasta Lucena para sustituir la actual, construida hace 70 años y que se encuentra obsoleta.