Literatura

Mario Cuenca tiñe de negro la Feria del Libro de Córdoba con 'Aurora Q.', una novela sobre el caso real de unos niños asesinos

Mario Cuenca lee un fragmento de 'Aurora Q.' junto a José María Martín.

Mario Cuenca lee un fragmento de 'Aurora Q.' junto a José María Martín.

La Feria del Libro de Córdoba ha vuelto a teñirse de negro con la presentación de Aurora Q. (Galaxia Gutenberg), la nueva novela de Mario Cuenca, que se basa en un caso real de la crónica negra española: los niños del Arca. David y Raquel tenían alrededor de 12 años cuando protagonizaron "una breve pero intensa carrera criminal". Eran lo que se denomina "niños salvajes", es decir, se habían desarrollado al margen de la sociedad y ni siquiera hablaban. 

Estructurada como un relato clínico, la obra retrocede hasta los orígenes de la crueldad de los dos menores para reflexionar sobre si "esa violencia obedece a la agresividad natural de unos niños sin socializar o responde a la poca socialización que han recibido", ha explicado el autor, que ha estado acompañado por el periodista José María Martín.

El desafío, ha señalado, era "contar unos crímenes sin llegar a narrarlos en ningún momento", es decir, "no se cuentan los sucesos de forma explícita", dando por hecho que el lector los conoce. La fórmula que se le ocurrió al escritor para superar ese reto fue convertir la novela en un texto científico, de forma que un psiquiatra habla en un seminario sobre los que la prensa española de la época bautizó como "niños del Arca", dirigiéndose a los participantes con el sobreentendido de que todos conocen en caso que van a analizar.

"Es la novela criminal más rara del mundo porque el propio narrador, el psiquiatra, advierte a los presentes de que si han venido al seminario por la sangre y los crímenes se han equivocado", ha apuntado Cuenca para avisar al lector de que esta "no es una novela negra al uso".

El libro -que ha ganado el Premio Málaga de Novela- se estructura en torno a seis sesiones en las que el psiquiatra desarrolla una serie de asuntos relativos a los niños del Arca y, además, "tiene que tirar de imaginación" y buscar fórmulas para comunizarse con ellos porque "¿cómo se socializa con unos niños que no tienen habla?". Más que sobre los crímenes, el libro va sobre el proceso que realiza el psiquiatra para psicoanalizar a los niños.

La novela habla sobre cómo la psiquiatría de ese tiempo, principios de los años 80, todavía muy en la estela del psicoanálisis lacaniano, que construye "historias de ficción, novelas", sobre personas de carne y hueso. En el libro, "el lector empieza a percibir que el psiquiatra construye un delirio en torno a los niños", ha incidido el autor.

Sin desvelar muchos detalles del libro, Mario Cuenca ha explicado que el psiquiatra, cuando empieza a estudiar el caso, culpabiliza a la madre de los niños, Aurora Q., "como suele ocurrir en el psicoanálisis". Pero como ya ha muerto, no se la puede psicoanalizar. "Si la realidad no encaja con mis categorías, peor para la realidad", ha aseverado el escritor sobre el psicoanálisis lacaniano.

La novela refleja "cómo se va forzando el caso de estos niños para que Aurora Q. se convierta en la madre que los abandonó". Los menores, además, tenían autismo, y también se culpabilizó a la madre por ello.

Cuenca ha señalado que los informes psiquiátricos se pueden leer como novelas, aunque sean "de terror" y de ahí se le ocurrió escribir la historia de un caso clínico. El informe de los niños del Arca "es una novela de fantasmas con un caso clínico absolutamente especulativo". De hecho, "está hablando de fantasmas" porque culpabiliza a la madre, que estaba muerta.

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