La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Razones del corazón

Ni lo consultó con sus leales ni aceptó reunirse con ellos tras amagar con la dimisión: quizás todo fue personal

Cuesta creerlo en un auténtico animal político y campeón de la resiliencia y la frialdad, pero algunas informaciones solventes e indicios objetivos fortalecen la hipótesis de que la amenaza de dimisión de Pedro Sánchez no es tan sólo una jugada política, sino una confesión y un arrebato.

La insólita apertura del periodo de reflexión por el caso Begoña sólo fue consultada con... Begoña. Los más leales y estrechos colaboradores de Sánchez se enteraron del comunicado por la red social X, lo mismo que el resto del mundo. Al rato se reunieron en el complejo de la Moncloa María Jesús Montero, Félix Bolaños, Cerdán, Puente y López (César, no Patxi), o sea, el núcleo duro del sanchismo. Acordaron intentar por todos los medios disuadir al presidente de su amago de dimitir, es decir, convencerle para que siga al mando. Pero de Moncloa salieron sin ser recibidos. Eso abona la idea de una decisión personal dispuesta a no ser compartida. Tampoco le hacía falta a Pedro Sánchez la demostración de apoyo incondicional que este grupo, con la presidencia honorífica de Zapatero, le ha preparado este fin de semana. Tiene sobradas pruebas de que en el PSOE actual prácticamente toda la militancia está con él. Con más o menos entusiasmo, pero sin apenas fisuras.

También hay que tener en cuenta, y mucho, el factor personal, que el propio firmante de la carta a la ciudadanía confiesa como motor de su dilema actual. Cherchez la femme. Begoña Gómez ha sido su compañera vital y existencial desde la primera hora, la única persona intocable y segura de su trayectoria y entorno. No puede soportar que sea ella la destinataria y víctima de la cacería política y mediática que se ha desatado contra él desde el primer momento. Es tanto su fortaleza como su Talón de Aquiles, ha escrito acertadamente Inma Carretero. No se merece estar en la picota, aunque haya hecho algunas cosas que tal vez no sean ilegales, pero que nunca debió hacer. Es tan especial que se debe hacer con ella una excepción y no tratarla como a otras esposas y novios de líderes de la derecha y la ultraderecha. Así es como la emoción, los sentimientos y los afectos invaden y colonizan la contienda política.

“A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego el cargo”, afirma Sánchez en su epístola a los españoles. Será lo que sea, pero no se le puede negar el sentido del humor.

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